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Anabel Alcázar Vargas, farmacéutica adjunta en Farmacia Carrera de Jesús, 51
27/01/2021-¿Cómo está viviendo esta situación?
Ahora la situación está mucho más tranquila, estamos más habituados a lo que está pasando. Al principio, los meses de marzo y abril, fueron una locura. No sé si habrá pasado lo mismo en otras farmacias, pero en la farmacia de mi madre, en la que soy farmacéutica adjunta, venía mucha más gente de lo normal. Fue todo muy raro y muy incierto e incluso llegamos a vivir situaciones tensas. Ahora la gente es más consciente del virus, respetan las medidas y tienen mucho más cuidado.
-¿Cómo cree que puede ayudar el colectivo farmacéutico a paliar esta crisis sanitaria?
Desde nuestra responsabilidad hemos intentado ayudar y solucionarles todos los problemas que estaban en nuestra mano. Pero claro, no todas las soluciones estaban a nuestro alcance. Por ejemplo, nos han llegado muchos pacientes crónicos que necesitaban medicación pero no podían ir al hospital. Y también hemos atendido a muchas personas que tenían problemas con su centro de salud y no podían ponerse en contacto con sus médicos. Por nuestra parte, hemos ayudado en todo lo posible, y cuando no ha estado en nuestra mano la solución, les hemos indicado cómo podían hacerlo o a dónde tenían que dirigirse. Creo que los pacientes se han sentido un poco abandonados por la sanidad, sobre todo por sus centros de salud.
-¿Cree que la población conoce todo lo que el farmacéutico puede hacer por su salud?
Yo creo que el paciente de a pie valora muy positivamente nuestro trabajo y nuestro esfuerzo y además nos tienen muy en cuenta a la hora de resolver sus dudas sobre salud.