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Mariano García Montabez, farmacéutico en la Farmacia ‘Entrecalles’ (Beas de Segura)
14/04/2021- ¿Cómo está viviendo la situación?
Estamos un poco agobiados. Nosotros vivimos en un pueblo pequeño y la primera ola apenas la notamos. Pero ahora, la tercera y la cuarta ola de la pandemia, sí la estamos notando más. El pueblo está sobrepasado en el sentido de que los médicos no dan abasto con las recetas, citas, notificaciones… Aquí los pacientes llegan y necesitan una medicación, pero no le dan cita hasta dentro de cuatro días en el centro de salud. Al final, las farmacias somos la punta de lanza y, claro, cierto agobio sí tenemos.
- ¿Y qué hacen ustedes? ¿Cómo reaccionan y actúan ante esta situación?
Lo primero que hacemos es tranquilizarlos. En la medida de lo que podemos intentamos resolverles el problema, incluso llamando al centro de salud. Hablamos de un pueblo con una alta tasa de población mayor, personas que tienen dolores, que no saben ni el nombre del medicamento que necesitan. Entonces, tratamos de llamar al centro de salud y resolver estas cuestiones.
- ¿Qué balance hace de este último año? ¿Ha cambiado mucho el trabajo?
En mi caso particular, llevo poco tiempo al frente de esta farmacia, dos años, y estamos remontando la farmacia con mucho trabajo e ilusión. Este año no se están vendiendo antigripales, nada, y en cambio, sí se venden muchas mascarillas, geles hidroalcohólicos… Y lo que sí hemos notado, es el incremento de consultas que nos hacen los clientes acerca de lo que escuchan o ven en la tele. Nos preguntan sí esa información es verdad o mentira. Al médico, quizás les da vergüenza hacerles esa consulta y nos lo preguntan a nosotros.
Y en cuanto al trabajo, algo sí ha cambiado porque hemos pasado del ´Hola, buenas´ y darnos casi la mano, a las pantallas protectoras, “Introduzca la tarjeta aquí, no toque…“. Se ha deshumanizado un poco el trato.
- ¿Cuáles han sido los productos más demandados? ¿Ha variado la demanda?
Se ha disparado la venta de mascarillas, el paracetamol o los termómetros. También coincidió que cerraron todos los comercios no esenciales y como era complicado encontrar las pilas que requieren los termómetros, directamente compraban otros. También ha aumentado la entrega de medicamentos a domicilio y se han incrementado la toma de tensión y las pruebas de glucosa que antes se hacían en los centros de salud y ahora la estamos haciendo más en la farmacia.
- ¿Ese cambio cree que ha influido en la forma que la sociedad valora la figura del farmacéutico?
Yo pienso que sí porque he visto y he notado que venía gente solo a preguntar si era verdad o no lo que había visto en la tele. Venían a contrastar la información y eso también hace que la figura del farmacéutico se posicione más alto.