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Farmacéuticos informan de la importancia de preparar un botiquín para las vacaciones
08/08/2022El Colegio de Farmacéuticos de Jaén informa de que es importante preparar un botiquín para la época estival y ubicarlo en lugares seguros. Con la llegada del verano los hábitos de vida cambian, se practican más actividades al aire libre y aumenta la exposición a ciertos peligros. Además, al viajar no se dispone de medicamentos y otros productos sanitarios necesarios para pequeños problemas de salud. Por estos motivos, el vocal de Oficina de Farmacia y Servicios Profesionales, Miguel Ángel Martínez, recuerda que cuando nos desplazamos debemos ser precavidos y preparar un botiquín de viaje que sea útil ante posibles imprevistos, sin olvidar los tratamientos habituales.
Un botiquín es el recipiente para guardar o transportar material de cura y medicamentos, de manera que es importante que estos estén disponibles y ordenados para ser localizados rápidamente en caso de necesidad. Para que el botiquín contenga todo lo necesario, hay que considerar varios aspectos, como el tipo de pacientes al que va destinado, en qué época del año nos encontramos o el destino del viaje. “Por ejemplo ahora durante el verano debido a las altas temperaturas, hay que extremar el cuidado en la conservación de los medicamentos. Muchos medicamentos contienen excipientes, o el propio componente activo, que se pueden deteriorar con el calor, dejando de ser activos o incluso resultando perjudiciales”, afirma Martínez Rubio.
El botiquín se debe preparar antes de que sea necesario, y debe estar perfectamente ordenado. Al llegar al destino es fundamental que se ubique en un sitio fresco, seco, limpio y preservado de la luz, para que no se altere el contenido, especialmente los medicamentos. Y, en el caso de los medicamentos que requieran refrigeración, como la insulina, se debe poner en el refrigerador lo antes posible.
“Al contrario de lo que se cree, la cocina y el baño no son lugares adecuados, porque en ellos se producen cambios bruscos de humedad y de temperatura, que pueden degradar los productos del botiquín”, apunta el farmacéutico. Y añade que además, es muy útil poner una etiqueta en el botiquín, con teléfonos de interés del lugar de destino como centros de salud, ambulancias o el del Instituto Nacional de Toxicología, por si fuese necesario.
En cuanto a los medicamentos hay que destacar que no se deben almacenar innecesariamente, no se trata de tener una farmacia, sino de incluir algunos fármacos empleados para los trastornos leves habituales. Por ejemplo el botiquín puede contener analgésicos, antitérmicos, antidiarreicos, antiácidos, antihistamínicos, suero fisiológico oral, productos para picaduras de insectos, antiinflamatorios y apósitos o preparados dermatológicos para las quemaduras leves. “Entre el material de cura pondremos algodón, gasa estéril, apósitos adhesivos, vendas, esparadrapo y una cinta de goma. También deberá contener algún antiséptico para desinfectar las heridas, siendo el más adecuado los preparados a base de iodo”, manifiesta Martínez Rubio.
Y recuerda que no se debe olvidar los tratamientos crónicos, que deberán ir claramente identificados; para ello es importante que se guarden con su envase y su prospecto correspondientes. “No interrumpa ningún tratamiento por el hecho de viajar y siga las indicaciones recibidas. Además, lleve siempre consigo su tarjeta sanitaria”, apunta.
El botiquín debe ser revisado periódicamente para confirmar que todo está en buen estado, llevando a la farmacia lo que no se use o esté caducado, y reponiendo solo lo que realmente se prevea necesitar. Por último, hace hincapié en que un botiquín puede servir como primera medida de actuación urgente, pero si los síntomas persisten, son graves, o hay lesiones importantes, se debe acudir lo antes posible a un centro sanitario para recibir la atención adecuada.